interaccionismo simbólico
miércoles, 22 de abril de 2015
martes, 7 de abril de 2015
martes, 24 de marzo de 2015
lunes, 23 de marzo de 2015
EL INTERACCIONISMO SIMBÓLICO
Una perspectiva teórica y metodológica estrechamente relacionada con la
investigación cualitativa y la orientación Verstehen, es el interaccionismo
simbólico, cuya pregunta esencial es "qué conjunto común de símbolos han
emergido para darle sentido a las interacciones de la gente"? El
interaccionismo simbólico es simultáneamente una corriente teorética y un marco
metodológico en ciencias sociales. Al igual que otras perspectivas, presenta
una amplia gama de exponentes. Se basa principalmente en los aportes de George
Herbert Mead (1934)14y en cierta medida en los escritos de Charles Horton
Cooley (1902),15John Dewey y W.I.Thomas (1928).16Más recientemente las ideas
del interaccionismo simbólico se ven representadas por la perspectiva aportada
por Herbert Blumer (1969).17 Según el interaccionismo simbólico, el significado
de una conducta se forma en la interacción social. Su resultado es un sistema
de significados intersubjetivos, un conjunto de símbolos de cuyo significado
participan los actores. El contenido del significado no es mas que la reacción
de los actores ante la acción en cuestión. La consciencia sobre la existencia
propia se crea al igual que la consciencia sobre otros objetos; o sea, ambas
son el resultado de la interacción social. El interaccionismo simbólico pone
así gran énfasis en la importancia del significado e interpretación como
procesos humanos esenciales. La gente crea significados compartidos a través de
su interacción y, estos significados devienen su realidad. Contra este
transfondo debe entenderse la expresión de Mead acerca de la relación entre el
yo y el contexto social: "debemos ser los otros si queremos ser nosotros
mismos." La interacción social ocurre primero y crea la autoconsciencia y
la capacidad de reflexionar. Sólo a través de la reacción de los demás ante mí
mismo, o sea ante mi conducta así como es concebida por los otros, tengo yo una
chance de descubrirme yo mismo como objeto y sujeto al mismo tiempo. O como en
la terminología de Mead, como un "mí" que se contempla a sí mismo y
es contemplado por otros y como un "yo" que observa y actúa. O bien,
como también lo expresan los interaccionistas simbólicos, mi yo es el cuadro
que yo confronto de mí mismo y que proviene de las reacciones de los demás ante
mis propias acciones. Un yo implica necesariamente la existencia de otros como
miembros de la interacción, puesto que se crea y mantiene a través de
interacción. El yo o la identidad no es por tanto mas que una relación. De allí
que en el interaccionismo simbólico no se estudian las cualidades del individuo
sino que su relación con los otros. La unidad de investigación mínima es por
tanto dos individuos en interacción. A partir de lo ya expuesto puede quedar en
evidencia uno de los potenciales peligros del interaccionismo simbólico:
concebir a la persona como un cuadro en blanco que con posterioridad es
escrito, rellenado por el contexto social y físico. Hay por tanto una forma de
determinismo pasivo que constituye una debilidad en el planteamiento teórico
del interaccionismo simbólico. El aporte de Mead es justamente el insistir en
la existencia de un sujeto activo, que elige, que al mismo tiempo que es
determinado por las experiencias de la interacción social, tiene las
posibilidades de distanciarse de sus propios actos. Aspectos teoréticos del
interaccionismo simbólico En base al aporte de Mead, además de los conceptos
previamente analizados, que dicen relación con la aparición de la consciencia
individual, el interaccionismo simbólico toma posición respecto de la
naturaleza y consecuencias de la interacción social. Tradicionalmente la
sociología ha intentado explicar los fenómenos sociales en términos
supraindividuales, por ejemplo en términos de conflictos de clases, o
expresiones culturales o ver la acción individual como resultado de un sistema
normativo general. El accionar de los individuos se explica a partir de
relaciones estructurales, a partir de posiciones sociales o roles que cumplen
en la estructura social. Sin embargo, para el interaccionismo simbólico la
sociedad no está principalmente constituída por "clases",
"sistema normativo" o "posiciones". Esos conceptos son
abstracciones sin sentido en la medida que no pueden ser conectados
directamente a los actos y experiencias de las personas que son las partes
realmente constitutivas de una sociedad. Los individuos, en esta perspectiva,
no son robots programados por su medio local o dirigidos por sus instintos
biológicos. Son en cambio seres con la capacidad de definir por sí mismos las
situaciones con las que se encuentran y después actuar en función de esas
definiciones de situaciones. Esto tiene consecuencias metodológicas inmediatas:
no se puede hacer investigación a nivel macro sino que a nivel micro o básico.
El investigador debe tratar de entender cómo la gente categoriza su contexto
social, cómo piensan y qué criterios tienen para tomar sus decisiones y actuar
de una u otra manera. No se puede en el interaccionismo simbólico usar algún
concepto que no se pueda definir operacionalmente. Esto implica que lo que se
estudia es la conducta externa del organismo, al mismo tiempo que
conceptualmente debemos detenernos en el individuo. Esto nos entrega por tanto
los componentes principales del análisis del interaccionismo simbólico: el
símbolo y el individuo. Todo otro concepto analítico como por ejemplo clase
social, debe ser llevado al accionar del individuo. Herbert Blumer (1969)
resume el interaccionismo simbólico en tres tesis que el llama tres premisas
simples. La primera es que las personas actúan en relación a las cosas a partir
del significado que las cosas tienen para ellos. La segunda dice que el
contenido de las cosas se define a partir de la interacción social que el
individuo tiene con sus conciudadanos. El tercero implica que el contenido es
trabajado y modificado a través de un proceso de traducción y evaluación que el
individuo usa cuando trabaja las cosas con las que se encuentra. Estas tres
tesis o premisas resumen un sistema complejo de ideas acerca de cómo es el
mundo de las personas y cómo éstas en él reaccionan. A su vez, los principios
básicos del interaccionismo son, según Ritzer (1988)18los siguientes: a) Los
seres humanos, a diferencia de los animales inferiores, poseen la capacidad de
pensar; b) la capacidad de pensar está moldeada por la interacción social; c)
en la interacción social la gente aprende los significados y los símbolos que
les permiten ejercer su capacidad humana distintiva de pensar; d) significados
y símbolos le permiten a la gente ejecutar acción humana distintiva e
interacción; e) la gente es capaz de modificar los significados y símbolos que
ellos usan en la interacción sobre la base de la interpretación de la
situación; f) la gente es capaz de hacer esas modificaciones porque tienen la
habilidad de interactuar con ellos mismos, lo que les permite examinar
diferentes cursos posibles de acción, determinando las ventajas y desventajas
relativas y escoger una; g) los modelos de acción y de interacción constituyen
grupos y sociedades. El interaccionismo simbólico pone al sujeto en el centro,
pero al mismo tiempo plantea de que sólo se puede tener acceso a la actividad
creativa del sujeto mediante la participación del investigador como un miembro
iniciado en el mundo de los investigados para con palabras de ellos, poder dar
un cuadro acerca de lo que acontece en este mundo. Hay dos corrientes
intelectuales que pueden ser identificadas en la base del interaccionismo
simbólico: la filosofía del pragmatismo y el conductismo psicológico (Rock,
1979).19 En primer lugar, para el pragmatismo no existe algo real en el mundo,
sino que lo que existe es creado activamente en la medida que actuamos en y
hacia el mundo. En segundo lugar, la gente recuerda y basa su conocimiento del
mundo sobre lo que ha probado ser de utilidad para ellos. En tercer lugar, la
gente define los objetos físicos y sociales que ellos encuentran en el mundo de
acuerdo al uso que le dan. Finalmente si deseamos entender los actores
sociales, debemos basar tal entendimiento en lo que ellos hacen en el mundo
social. De todo esto se derivan tres aspectos básicos para el interaccionismo
simbólico: i) el foco de atención es la interacción entre el mundo social y el
actor social; ii) ver tanto al actor social como el mundo social como procesos
dinámicos y no como estructuras estáticas; iii) la gran competencia atribuída
al actor para interpretar el mundo social. Especialmente el último aspecto
señalado es importante en la obra de otro exponente del pragmatismo, John
Dewey, quien no concebía la mente como una cosa o una estructura sino como un
proceso de pensamiento que envuelve varios estadios. Este énfasis como proceso
de pensamiento tendrá una gran repercusión en el interaccionismo simbólico,
especialmente al plantearse que si bien los fenómenos de nivel macro existen,
ellos no tienen efectos independientes y determinantes sobre la consciencia y
la conducta de los individuos. A partir de ello se concibe que los individuos
como individuos existencialmente libres, son quienes aceptan, rechazan,
modifican y en definitiva definen las normas, roles, creencias de la comunidad,
de acuerdo a sus intereses propios y planes del momento. El conductismo
psicológico influencia fuertemente en Mead. De hecho, Mead llamó a sus
planteamientos un conductismo social, para diferenciarlo del conductismo
radical de John W.Watson, el cual enfatiza la relación estímulo-respuesta. El
interaccionismo simbólico reacciona contra el modelo de comportamiento tipo
estímulorespuesta, puesto que la gente interpreta estímulos y son esas
interpretaciones las que moldean su accionar. En este contexto se puede afirmar
que el uso de métodos estandarizados no nos asegura la obtención de información
valedera. Mead y el conductismo radical difieren en su visión de la relación
entre conducta humana y conducta animal. Mientras que para el conductismo
radical se tiende a no ver diferencias entre seres humanos y animales, Mead
señala que hay una cualidad que hace que la diferencia sea significativa: la
capacidad mental que permite a la gente usar el idioma entre el estímulo y la
respuesta, en orden a decidir cómo responder. Además, plantea Mead, los seres
humanos no pueden ser vistos como unidades motivadas por fuerzas externas o
internas más allá de su control o dentro de los confines de una estructura más
o menos fija. Ellos deben más bien ser vistos como unidades reflexivas e
interactuantes. La habilidad de pensar implica que los individuos actúen más
bien reflexivamente. La habilidad de pensar está embebida en la mente, pero el
interaccionismo simbólico tiene una concepción particular de lo que es la
mente, distinguiendo la mente del cerebro fisiológico. El interaccionismo
simbólico no concibe la mente como una cosa, una estructura física, sino que
como un proceso continuo. La mente está relacionada virtualmente a cada aspecto
del interaccionismo simbólico, incluyendo socialización, significados,
símbolos, el yo, interacción e inclusive la sociedad. Blumer, el cual plantea
por primera vez el término interaccionismo simbólico en 1937, enfatiza que la
base del análisis debe estar en el sujeto y no en los factores externos, sean
éstos estímulos o normas, a diferencia del conductismo radical y del
funcionalismo estructural, los que ignoran los procesos cruciales por medio de
los cuales los actores transforman las fuerzas actuantes sobre ellos, dándole
sentido a la conducta. Blumer evita así que el interaccionismo simbólico sea
idéntico con un reduccionismo psicológico. Aspectos metodológicos del
interaccionismo simbólico Para Blumer lo importante no es la actitud, como
tendencia internalizada dentro del actor, sino el proceso de definición a
través del cual el actor le da forma a su acto. De hecho Blumer se oponía a
cualquier teoría psicológica que ignore el proceso mediante el cual el actor
construye significado. Blumer era también opuesto a las perspectivas
sociológistas que ven la conducta individual moldeadas exclusivamente por
fuerzas externas. Sobre esta base plantea Blumer que la investigación
cualitativa es la única forma real de entender cómo la gente percibe, entiende
e interpreta el mundo. Solamente a través de un estrecho contacto e interacción
directa con la gente, en un contexto de investigación naturalística y de
análisis inductivo, podrá el interaccionista simbólico entender el mundo
simbólico de la gente que está siendo estudiada. La importancia del
interaccionismo simbólico para la investigación cualitativa es su énfasis
distintivo sobre la importancia de símbolos y lo fundamental de los procesos
interpretativos generados en base a interacciones, para entender la conducta
humana. Los métodos del interaccionismo simbólico también enfatizan la
importancia de poner atención a la forma en que interacciones particulares dan
lugar a entendimientos simbólicos. El interaccionismo simbólico es la
orientación sociológica que a menudo se identifica con la tradición
cualitativa. Se opone diametralmente a la utilización de las ciencias naturales
como modelo para las ciencias sociales. Del mismo modo plantea que es
innecesario el que se formulen hipótesis que antecedan al trabajo de
investigación. El interaccionismo simbólico enfatiza que la sociedad debe ser
estudiada a partir de las perspectivas particulares, propias de los miembros de
la sociedad. La idea es estudiar la vida social así como sucede, como es
concebida por y para los miembros de la sociedad, al mismo tiempo que se
rechaza cualquier intento de forzar el entendimiento de la realidad social a
través del uso de modelos teóricos predeterminados. Así, la interacción social
existe como realidad antes del nacimiento del individuo, y éste debe ser
socializado en ella. Si la persona quiere poder actuar conscientemente, pensar
sobre sus acciones pasadas, hacer prognosis sobre acciones futuras, tanto
propia como de los demás, debe estar consciente acerca de su contexto inmediato
donde ella se encuentra. Debe estar consciente acerca de sí misma como un ser
entre otros en ese medio ambiente. Es esta capacidad a la autoreflexión y
autoconsciencia lo que hace que la persona sea algo único, a diferencia del
animal. La puerta de entrada a ello es el idioma. El idioma es la herramienta a
través de la cual el conocimiento se transmite y a través de la cual tiene
lugar el desarrollo humano. La comunicación humana se realiza, según Mead, a
través del intercambio de símbolos, tanto verbales como no verbales. En el
mismo momento en que un gesto o un símbolo conlleva un mismo significado tanto
en un agente como en un receptor, se puede decir que ha sido usado un símbolo
significativo. El individuo a través de ello puede alcanzar sus metas,
pronosticando las acciones de los demás a través de los significados de los
símbolos usados. Desde un punto de vista metodológico debe considerarse el
pensamiento básico en Mead de que el yo y la consciencia son productos
sociales. Un rol central lo juega aquí la configuración del "otro
generalizado": la toma de roles se generaliza, lo que significa que el
pensamiento y accionar del individuo no es reglamentado porque el/ella toma el
rol de otra persona, sino que "conversa" socialmente con una contraparte
general y anónima, que es sinónimo con la sociedad. Es en este momento que el
individuo empieza a ver y juzgar sus propias acciones a la luz de las
expectativas de la sociedad. En otras palabras, en la perspectiva de Mead el
origen y desarrollo de la consciencia y del yo coinciden con la socialización
del individuo. Cuando el otro generalizado se desarrolla, se desarrolla también
y totalmente el yo del individuo, lo que implica al mismo tiempo que el
individuo internaliza las reglas y normas de la sociedad. Un aspecto central en
la teoría de Mead es la unión de la consciencia y la sociedad. El yo es por
tanto en alto grado un producto social, pero al mismo tiempo es el yo el que
recrea y mantiene el orden social. La sociedad, en otras palabras, es en alto
grado un producto humano. Esta interacción dialéctica entre el individuo y la
sociedad constituye el fundamento de sociología del conocimiento del
interaccionismo simbólico. En esta perspectiva para Mead debe la consciencia de
la persona, sus pensamientos y sentimientos, estar en el centro del estudio
social, de manera de que la forma de su estudio esté basado en observaciones de
las actividades sociales cotidianas, en hechos al alcance de todos. La
consciencia, pensamientos y sentimientos, deben ser estudiandos como hechos
irreductibles y de acuerdo a sus propias condiciones. Así, para el
interaccionismo simbólico la sociología debe desarrollar una perspectiva propia
y no imitar a las ciencias naturales, única manera de poder captar lo que es
específico en el mundo social. El interaccionismo simbólico desarrolla por
tanto una metodología "naturalística", lo que implica estudiar
detalladamente y sin manipulearlo, el fenómeno en el medio ambiente en el cual
se desarrolla. El objetivo debiera ser estudiar la interacción social a partir
de la perspectiva de los propios actores. Metodológicamente implica centrarse
en primer lugar en la organización social. La unidad básica en toda interacción
social es la relación entre dos actores sociales, dos individuos que están en
una relación a menudo cara a cara. Todas las otras unidades mas globales como
la sociedad, la cultura, la estructura social, etc, deben ser derivadas a
partir de esta unidad. La cultura es recreada por las acciones de los actores,
sus modelos de conducta, normas, valores. Las estructuras sociales se forman a
partir de las relaciones interhumanas que ocurren en la vida cotidiana. Son por
tanto las personas, a través de reunir sus respectivas líneas de acción y
estrategias de acción, las que crean la unidad social, la organización social.
La interacción social es en sí misma un fenómeno que implica que los actores
traducen y anticipan las respectivas acciones y conductas. La interacción
social no es por tanto un fenómeno creado a partir de hechos abstractos,
difíciles de alcanzar. La interacción tiene lugar entre personas que usan
comunicación simbólica para producirla y a través de ello crear entendimiento
mutuo. Las cosas tanto concretas como abstractas existen a partir del
significado que las personas les asignamos. Los significados crecen a partir de
la interacción humana y la existencia del objeto es una función de los
significados que grupos sociales y sus miembros le dan. El actor social es un
ser inmerso en un proceso permanente de análisis e interacción consigo mismo y
con otros. El yo no es innato, sino que es creado socialmente. No es algo
pasivo, receptor de estímulos externos, sino que un activo participante en la
creación y construcción de la realidad social. Así, un accionar no es un fenómeno
aislado sino relacionado. Todas las personas actuantes están no solamente
inmersas en un permanente diálogo consigo mismas sino que también en una
actividad que tiene por finalidad el predecir y unir líneas de acción y crear
relaciones sociales. Un concepto clave en el entendimiento metodológico de lo
que es el interaccionismo simbólico es el concepto de objeto. La palabra objeto
dirige la atención hacia el accionar dirigido a una cosa. Una taza de café es
una cosa que adquiere significado social puesto que un individuo actúa en
relación a él. Se tiene así una doble perspectiva acerca de una objeto: Por una
parte, constituído por el accionar de las personas. En este contexto se puede
decir que las personas no viven en un mundo de cosas sino que en un mundo de
objetos. Por otra parte, el significado de la palabra objeto es la meta hacia
la cual se actúa. Una taza de café no es sólo una cosa física hacia la cual se
actúa, sino que también el objeto de la acción en el sentido que la persona
piensa tomar café. Una taza de café es entonces en parte una cosa que obtiene
significado social puesto que un individuo actúa en relación a él y lo señala
con un símbolo socialmente creado, y en parte una meta para su accionar. Ambas
definiciones enfatizan el hecho de que las cosas resultan significativas en el
medio donde se encuentran, devienen objetos con la ayuda de símbolos. Según el
interaccionismo simbólico, el contenido está radicado en el accionar. Las
personas son por naturaleza activas. En cada momento tenemos la capacidad de
reaccionar ante una variedad de estímulos. Supongamos que un individuo a
consecuencias de un estímulo desarrolla una preparación de acción. La fase
siguiente es lo que Mead llama manipulación, o sea accionar observable, la
manifestación externa de un proceso que hasta ahora ha transcurrido
internamente. El significado de un acto no es ni fijo ni inmutable, sino que es
definido en la acción cuando el individuo actúa en relación al objeto. Y en la
medida que la actuación de un individuo frente a un objeto cambia, cambia
también el significado del objeto para él. De esta manera, con la perspectiva
del accionar del individuo como un proceso, desde el impulso hasta la
consumación, se quiere indicar de que es necesario considerar la conducta de los
individuos con vistas a tanto su manifestación externa como a sus procesos
internos. Un accionar social es según Mead uno que abraza el trabajo
mancomunado de más de un individuo. Las acciones sociales están construidas en
base a interacción social e interpretación. Si los individuos van a colaborar
entre ellos y crear objetos sociales, deben orientar su conducta unos hacia los
otros. Cada uno debe contar con las eventuales respuestas de los demás ante los
actos propios y suponer que los demás harán la misma cosa. Es este proceso de
dirección mutua lo que recibe el nombre de interacción social. Por último, cabe
señalar que un rol fundamental para la interpretación de comportamiento de
otros lo juega el conjunto total de acciones, objetos y accionar común que el
individuo percibe, recibiendo esta configuración el nombre de definición de la
situación.
http://cmap.javeriana.edu.co/servlet/SBReadResourceServlet?rid=1K6XH9QJQ-1HB851T-2M6
EL INTERACCIONISMO SIMBÓLICO EN LA PSICOLOGÍA SOCIAL
EXPLICACIÓN, PREMISAS Y FUNDAMENTOS
El Interaccionismo simbólico, por su interés en articular lo psicológico y lo social, sitúan su teoría dentro de la Psicología Social. Su perspectiva se define por ser ideográfica, al centrarse en lo particular en cuanto tal, huyendo de las leyes y afirmaciones genéricas; también se caracteriza por ser una teoría nominalista al dejar de lado en su análisis, las estructuras macrosociológicas, a favor de lo individual y concreto.
Para comprender lo social desde el Interaccionismo hay que recurrir a los principios básicos enumerados por sus teóricos:
1. Los seres humanos están dotados de capacidad de pensamiento.
2. a capacidad de pensamiento está modelada por la interacción social.
3. En la interacción social las personas aprenden los significados y los símbolos que les permiten ejercer su capacidad de pensamiento distintivamente humana.
4. Los significados y los símbolos permiten a las personas actuar e interactuar de manera distintivamente humana.
5. Las personas son capaces de modificar o alterar los significados y los símbolos que usan en la acción y la interacción sobre la base de su interpretación.
6. Las personas pueden introducir modificaciones y alteraciones por su capacidad para interactuar consigo mismas, lo que les permite examinar los posibles cursos de acción y valorar sus ventajas y desventajas relativas para elegir uno.
7. Las pautas entretejidas de acción e interacción constituyen los grupos y las sociedades.
A lo largo de estos principios se observa como se configura la sociedad a partir de los individuos que interactúan a través de símbolos y significados aprehendidos en el proceso de socialización y configuración del pensamiento humano.
Dentro de la concepción epistemológica del Interaccionismo cabe hacer mención a E. Goffman en su obra “La presentación de la persona en la vida cotidiana”, en ella plasma la vida social como un teatro: “dramaturgia”. El self es un producto de interacción dramático entre el actor y su audiencia, no es una posesión del actor. La persona se opone a la destrucción del self en la representación: “arte de manejar las impresiones”. Es necesario tener en cuenta, para acercarse a la realidad, que presentamos imágenes idealizadas en las que ocultamos errores, placeres secretos, procesos de producción. Con frecuencia es la propia audiencia la que mantiene una imagen idealizada del actor. La unidad de análisis para Goffman no es el individuo, sino el equipo entendido como el actor y la audiencia en interacción.
De acuerdo con Herbert Blumer, las principales premisas son:
1. Las personas actúan sobre los objetos de su mundo e interactúan con otras personas a partir de los significados que los objetos y las personas tienen para ellas. Es decir, a partir de los símbolos. El símbolo permite, además, trascender el ámbito del estímulo sensorial y de lo inmediato, ampliar la percepción del entorno, incrementar la capacidad de resolución de problemas y facilitar la imaginación y la fantasía.
2. Los significados son producto de la interacción social, principalmente la comunicación, que se convierte en esencial, tanto en la constitución del individuo como en (y debido a) la producción social de sentido. El signo es el objeto material que desencadena el significado, y el significado, el indicador social que interviene en la construcción de la conducta.
3. Las personas seleccionan, organizan, reproducen y transforman los significados en los procesos interpretativos en función de sus expectativas y propósitos.
Otras premisas que se consideran importantes son: que la distinción entre conducta interna y externa presupone que el individuo se constituye en la interacción social (formación del yo social autoconsciente), y que no es posible entender el yo sin el otro ni a la inversa, y que los grupos y la sociedad se constituyen sobre la base de las interacciones simbólicas de los individuos al tiempo que las hacen posibles.
En conclusión, el interaccionismo simbólico, partiendo de un método de estudio participante, capaz de dar cuenta del sujeto, concibe lo social como el marco de la interacción simbólica de individuos, y concibe la comunicación como el proceso social por antonomasia, a través del cual, se constituyen simultánea y coordinadamente, los grupos y los individuos.
Los fundamentos teóricos más importantes son:
1. La alienación del sentido de la comunicación cotidiana, contraria a la búsqueda de identidad y del importante papel que juega en la sociedad la empatía (capacidad de ponerse en el lugar de otro).
2. La realidad social se explica a través de las interacciones de los individuos y grupos sociales (en este sentido se opone al determinismo social). Para interpretar la actuación de los grupos e individuos no es suficiente estudiar su comportamiento visible, sino también es relevante considerar su conciencia y sus pensamientos como parte de sus actuaciones (contrario al conductismo).
Esta visión está basada en la concepción teórica del hombre, a la vez producto y productor de su realidad social. La interpretación, el sentido de las acciones, es resultado de las interacciones que tienen una intencionalidad y un objeto; este sentido es objetivo en la medida en que la interpretación es intersubjetiva. Se llega a la interpretación de que una situación es real si los involucrados la definen como tal (pragmatismo). Los hombres construyen la verdad, es decir, la verdad no existe, por sí como tal.
El método de esta corriente se puede caracterizar como el estudio de los casos comparativos (Glaser y Strauss, 1967). No parte de teorías globales, sino de conceptos relevantes para analizar los casos particulares. A través de las investigaciones comparativas y de la visión y conceptualización precisas, se intenta construir teorías que sean relevantes para las acciones participativas.
El interaccionismo simbólico busca, más que los dos métodos anteriormente mencionados, conjugar la teoría analítica deductiva y la investigación empírico-inductiva, procurando investigar la realidad en su complejidad sin reducirla a lo que el investigador científico" cree como esencial. No obstante, el énfasis queda en los procedimientos inductivos del método empírico. El mismo trabajo de investigación es una interacción simbólica entre el investigador y los sujetos de la investigación.
El Interaccionismo simbólico, por su interés en articular lo psicológico y lo social, sitúan su teoría dentro de la Psicología Social. Su perspectiva se define por ser ideográfica, al centrarse en lo particular en cuanto tal, huyendo de las leyes y afirmaciones genéricas; también se caracteriza por ser una teoría nominalista al dejar de lado en su análisis, las estructuras macrosociológicas, a favor de lo individual y concreto.
Para comprender lo social desde el Interaccionismo hay que recurrir a los principios básicos enumerados por sus teóricos:
1. Los seres humanos están dotados de capacidad de pensamiento.
2. a capacidad de pensamiento está modelada por la interacción social.
3. En la interacción social las personas aprenden los significados y los símbolos que les permiten ejercer su capacidad de pensamiento distintivamente humana.
4. Los significados y los símbolos permiten a las personas actuar e interactuar de manera distintivamente humana.
5. Las personas son capaces de modificar o alterar los significados y los símbolos que usan en la acción y la interacción sobre la base de su interpretación.
6. Las personas pueden introducir modificaciones y alteraciones por su capacidad para interactuar consigo mismas, lo que les permite examinar los posibles cursos de acción y valorar sus ventajas y desventajas relativas para elegir uno.
7. Las pautas entretejidas de acción e interacción constituyen los grupos y las sociedades.
A lo largo de estos principios se observa como se configura la sociedad a partir de los individuos que interactúan a través de símbolos y significados aprehendidos en el proceso de socialización y configuración del pensamiento humano.
Dentro de la concepción epistemológica del Interaccionismo cabe hacer mención a E. Goffman en su obra “La presentación de la persona en la vida cotidiana”, en ella plasma la vida social como un teatro: “dramaturgia”. El self es un producto de interacción dramático entre el actor y su audiencia, no es una posesión del actor. La persona se opone a la destrucción del self en la representación: “arte de manejar las impresiones”. Es necesario tener en cuenta, para acercarse a la realidad, que presentamos imágenes idealizadas en las que ocultamos errores, placeres secretos, procesos de producción. Con frecuencia es la propia audiencia la que mantiene una imagen idealizada del actor. La unidad de análisis para Goffman no es el individuo, sino el equipo entendido como el actor y la audiencia en interacción.
De acuerdo con Herbert Blumer, las principales premisas son:
1. Las personas actúan sobre los objetos de su mundo e interactúan con otras personas a partir de los significados que los objetos y las personas tienen para ellas. Es decir, a partir de los símbolos. El símbolo permite, además, trascender el ámbito del estímulo sensorial y de lo inmediato, ampliar la percepción del entorno, incrementar la capacidad de resolución de problemas y facilitar la imaginación y la fantasía.
2. Los significados son producto de la interacción social, principalmente la comunicación, que se convierte en esencial, tanto en la constitución del individuo como en (y debido a) la producción social de sentido. El signo es el objeto material que desencadena el significado, y el significado, el indicador social que interviene en la construcción de la conducta.
3. Las personas seleccionan, organizan, reproducen y transforman los significados en los procesos interpretativos en función de sus expectativas y propósitos.
Otras premisas que se consideran importantes son: que la distinción entre conducta interna y externa presupone que el individuo se constituye en la interacción social (formación del yo social autoconsciente), y que no es posible entender el yo sin el otro ni a la inversa, y que los grupos y la sociedad se constituyen sobre la base de las interacciones simbólicas de los individuos al tiempo que las hacen posibles.
En conclusión, el interaccionismo simbólico, partiendo de un método de estudio participante, capaz de dar cuenta del sujeto, concibe lo social como el marco de la interacción simbólica de individuos, y concibe la comunicación como el proceso social por antonomasia, a través del cual, se constituyen simultánea y coordinadamente, los grupos y los individuos.
Los fundamentos teóricos más importantes son:
1. La alienación del sentido de la comunicación cotidiana, contraria a la búsqueda de identidad y del importante papel que juega en la sociedad la empatía (capacidad de ponerse en el lugar de otro).
2. La realidad social se explica a través de las interacciones de los individuos y grupos sociales (en este sentido se opone al determinismo social). Para interpretar la actuación de los grupos e individuos no es suficiente estudiar su comportamiento visible, sino también es relevante considerar su conciencia y sus pensamientos como parte de sus actuaciones (contrario al conductismo).
Esta visión está basada en la concepción teórica del hombre, a la vez producto y productor de su realidad social. La interpretación, el sentido de las acciones, es resultado de las interacciones que tienen una intencionalidad y un objeto; este sentido es objetivo en la medida en que la interpretación es intersubjetiva. Se llega a la interpretación de que una situación es real si los involucrados la definen como tal (pragmatismo). Los hombres construyen la verdad, es decir, la verdad no existe, por sí como tal.
El método de esta corriente se puede caracterizar como el estudio de los casos comparativos (Glaser y Strauss, 1967). No parte de teorías globales, sino de conceptos relevantes para analizar los casos particulares. A través de las investigaciones comparativas y de la visión y conceptualización precisas, se intenta construir teorías que sean relevantes para las acciones participativas.
El interaccionismo simbólico busca, más que los dos métodos anteriormente mencionados, conjugar la teoría analítica deductiva y la investigación empírico-inductiva, procurando investigar la realidad en su complejidad sin reducirla a lo que el investigador científico" cree como esencial. No obstante, el énfasis queda en los procedimientos inductivos del método empírico. El mismo trabajo de investigación es una interacción simbólica entre el investigador y los sujetos de la investigación.
martes, 17 de marzo de 2015
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