lunes, 23 de marzo de 2015

EL INTERACCIONISMO SIMBÓLICO EN LA PSICOLOGÍA SOCIAL

EXPLICACIÓN, PREMISAS Y FUNDAMENTOS

El Interaccionismo simbólico, por su interés en articular lo psicológico y lo social, sitúan su teoría dentro de la Psicología Social. Su perspectiva se define por ser ideográfica, al centrarse en lo particular en cuanto tal, huyendo de las leyes y afirmaciones genéricas; también se caracteriza por ser una teoría nominalista al dejar de lado en su análisis, las estructuras macrosociológicas, a favor de lo individual y concreto.

Para comprender lo social desde el Interaccionismo hay que recurrir a los principios básicos enumerados por sus teóricos:

1. Los seres humanos están dotados de capacidad de pensamiento.
2. a capacidad de pensamiento está modelada por la interacción social.
3. En la interacción social las personas aprenden los significados y los símbolos que les permiten ejercer su capacidad de pensamiento distintivamente humana.
4. Los significados y los símbolos permiten a las personas actuar e interactuar de manera distintivamente humana.
5. Las personas son capaces de modificar o alterar los significados y los símbolos que usan en la acción y la interacción sobre la base de su interpretación.
6. Las personas pueden introducir modificaciones y alteraciones por su capacidad para interactuar consigo mismas, lo que les permite examinar los posibles cursos de acción y valorar sus ventajas y desventajas relativas para elegir uno.
7. Las pautas entretejidas de acción e interacción constituyen los grupos y las sociedades.

A lo largo de estos principios se observa como se configura la sociedad a partir de los individuos que interactúan a través de símbolos y significados aprehendidos en el proceso de socialización y configuración del pensamiento humano.

Dentro de la concepción epistemológica del Interaccionismo cabe hacer mención a E. Goffman en su obra “La presentación de la persona en la vida cotidiana”, en ella plasma la vida social como un teatro: “dramaturgia”. El self es un producto de interacción dramático entre el actor y su audiencia, no es una posesión del actor. La persona se opone a la destrucción del self en la representación: “arte de manejar las impresiones”. Es necesario tener en cuenta, para acercarse a la realidad, que presentamos imágenes idealizadas en las que ocultamos errores, placeres secretos, procesos de producción. Con frecuencia es la propia audiencia la que mantiene una imagen idealizada del actor. La unidad de análisis para Goffman no es el individuo, sino el equipo entendido como el actor y la audiencia en interacción.


De acuerdo con Herbert Blumer, las principales premisas son:

1. Las personas actúan sobre los objetos de su mundo e interactúan con otras personas a partir de los significados que los objetos y las personas tienen para ellas. Es decir, a partir de los símbolos. El símbolo permite, además, trascender el ámbito del estímulo sensorial y de lo inmediato, ampliar la percepción del entorno, incrementar la capacidad de resolución de problemas y facilitar la imaginación y la fantasía.

2. Los significados son producto de la interacción social, principalmente la comunicación, que se convierte en esencial, tanto en la constitución del individuo como en (y debido a) la producción social de sentido. El signo es el objeto material que desencadena el significado, y el significado, el indicador social que interviene en la construcción de la conducta.

3. Las personas seleccionan, organizan, reproducen y transforman los significados en los procesos interpretativos en función de sus expectativas y propósitos.


Otras premisas que se consideran importantes son: que la distinción entre conducta interna y externa presupone que el individuo se constituye en la interacción social (formación del yo social autoconsciente), y que no es posible entender el yo sin el otro ni a la inversa, y que los grupos y la sociedad se constituyen sobre la base de las interacciones simbólicas de los individuos al tiempo que las hacen posibles.

En conclusión, el interaccionismo simbólico, partiendo de un método de estudio participante, capaz de dar cuenta del sujeto, concibe lo social como el marco de la interacción simbólica de individuos, y concibe la comunicación como el proceso social por antonomasia, a través del cual, se constituyen simultánea y coordinadamente, los grupos y los individuos.

Los fundamentos teóricos más importantes son:

1. La alienación del sentido de la comunicación cotidiana, contraria a la búsqueda de identidad y del importante papel que juega en la sociedad la empatía (capacidad de ponerse en el lugar de otro).

2. La realidad social se explica a través de las interacciones de los individuos y grupos sociales (en este sentido se opone al determinismo social). Para interpretar la actuación de los grupos e individuos no es suficiente estudiar su comportamiento visible, sino también es relevante considerar su conciencia y sus pensamientos como parte de sus actuaciones (contrario al conductismo).

Esta visión está basada en la concepción teórica del hombre, a la vez producto y productor de su realidad social. La interpretación, el sentido de las acciones, es resultado de las interacciones que tienen una intencionalidad y un objeto; este sentido es objetivo en la medida en que la interpretación es intersubjetiva. Se llega a la interpretación de que una situación es real si los involucrados la definen como tal (pragmatismo). Los hombres construyen la verdad, es decir, la verdad no existe, por sí como tal.


El método de esta corriente se puede caracterizar como el estudio de los casos comparativos (Glaser y Strauss, 1967). No parte de teorías globales, sino de conceptos relevantes para analizar los casos particulares. A través de las investigaciones comparativas y de la visión y conceptualización precisas, se intenta construir teorías que sean relevantes para las acciones participativas.
El interaccionismo simbólico busca, más que los dos métodos anteriormente mencionados, conjugar la teoría analítica deductiva y la investigación empírico-inductiva, procurando investigar la realidad en su complejidad sin reducirla a lo que el investigador científico" cree como esencial. No obstante, el énfasis queda en los procedimientos inductivos del método empírico. El mismo trabajo de investigación es una interacción simbólica entre el investigador y los sujetos de la investigación.

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